El cuerpo humano está constituido por agua en un altísimo porcentaje, y los cambios bruscos pueden ocasionar la pérdida de la humedad natural de las capas más externas, manifestándose en arrugas, surcos, enrojecimiento, granos y pérdida del tono muscular. La acción de los productos cosméticos hidratantes, consiste en la recuperación parcial de la capacidad de la piel para retener humedad, haciendo más gruesas las capas exteriores y mejorando la textura.
Con el paso de los años, la piel sufre un deterioro progresivo natural, pero el mantenerla hidratada retrasa las señales de envejecimiento, manteniendo en la piel la lozanía y apariencia uniforme; además del envejecimiento natural, factores como el consumo de alcohol, tabaco, mala alimentación, exposición prolongada al sol, variaciones bruscas de temperatura, y cambios bruscos de peso, hacen perder a la piel elasticidad y firmeza.
Las cremas hidratantes de día, mejoran su acción si contienen también protección solar, que aseguren a la piel del rostro contra el efecto nocivo del sol; las cremas de noche de mejor acción en el mercado, son aquellas de fórmula nutritiva y regeneradora. En ambos casos, es importante aplicarlas sobre la piel limpia y periódicamente exfoliada, con el fin de estimular la regeneración celular y facilitar la hidratación.
Una dieta balanceada, rica en frutas y verduras, es muy efectiva en el proceso de hidratación natural, además del uso de productos cosméticos con compuestos como elastina y cerámicas, que aseguren la regeneración celular y de las fibras de colágeno de la piel, que se deterioran con el paso del tiempo y los factores adversos.
