Las cremas reafirmantes son productos que renuevan la actividad de las fibras elásticas de la piel, devolviéndole el tono, la firmeza y la apariencia saludable a los tejidos epiteliales; dentro de su composición, incluyen vitaminas y proteínas que estimulan la regeneración de las fibras naturales, la hidratación profunda y la nutrición en las diferentes capas de la piel.
La piel está compuesta por tres capas, a saber: la hipodermis, es la primera y más profunda, donde se encuentra la grasa de la piel; la siguiente es la dermis, donde se encuentran más vasos sanguíneos, las fibras de colágeno y elastina, folículos pilosos, las glándulas sebáceas y sudoríparas.
La última capa es la epidermis, donde se encuentran la melanina y la queratina; antes de los treinta años de vida, esta capa de la piel se renueva cada cuatro semanas, dando una apariencia más lozana y firme, en el rostro, sin líneas de expresión y con más luz. Pasados los treinta años, inicia el envejecimiento progresivo de la piel y el debilitamiento de las fibras de colágeno y elastina; los procesos de restauración se hacen más lentos, los poros se agrandan y se marcan surcos o arrugas.
Las cremas reafirmantes ayudan a combatir este proceso de deterioro natural de la piel, que es además potencializado por factores cotidianos como la contaminación, el estrés, la mala alimentación y las variaciones de peso o cambios hormonales. Aunque en otras zonas del cuerpo no se noten los surcos, como en el rostro, en sectores como el abdomen, los glúteos o la parte interna de los brazos, se manifiesta la pérdida de humedad y tono muscular.
